Ayer se conmemoraron 75 años de la liberación de Auschwitz. En Marzo de 2015 yo tuve la oportunidad de visitar Auschwitz. Estuve allí porque creo que es muy importante que todos sepamos de los horrores que allí sucedieron y así nos comprometamos a que jamás vuelvan a ocurrir.
Días antes de mi visita, se lo comenté a mi tutor, quien es Judio. Él me expresó su deseo de ir algún día a presentar sus respetos pero, aprovechando mi ida, me pidió que alzara una oración por sus hermanos Judios allí muertos. Yo, a pesar de ser atea, hice lo que me pidió y lo hice con mucho cariño y respeto.
Hoy más que nunca es importante que reflexionemos sobre los horrores allí perpetrados, especialmente ante el actual resurgimiento del antisemitismo y el reforzamiento mundial de las corrientes racistas, homofóbicas y transfóbicas, así como del extremismo religioso.