Terminando el año a tambor batiente


He estado muy ocupada en estos últimos días y pareciera que esa va a ser la tendencia para las últimas semanas del año. Además de estar trabajando en un par de artículos para congresos el próximo año, tuve que salir en viaje rápido al D.F. y la próxima semana salgo a Cd. Victoria para atender asuntos profesionales. Tengo además un viaje a Saltillo en los primeros días de Diciembre para asistir a la VIII Convención Nacional de la Contoromex, de la cual soy miembro fundador y en la que deseo refrendar mi participación activa.

Sin embargo, no quiero dejar pasar el tiempo para reportarles, aunque sea brevemente, un par de eventos sobresalientes de los últimos días. El primero fue Halloween, en donde mi esposa y yo fuimos invitadas a una fiesta de disfraces. Históricamente Halloween ha sido un evento utilizado como el pretexto perfecto para muchas personas para «cuasi-salir» del closet. Y es que Halloween se presta para que la gente pueda expresar libremente su identidad sin ser victima del prejuicio y ser sólo catalogado como alguien «atrevido» por disfrazarse con ropas del sexo opuesto. Yo fui de esas personas que años atrás eligió un disfraz femenino para Halloween (ver foto). Este año preferí ir a la inversa y seleccioné un disfraz muy masculino, aunque sinceramente fue más por el deseo de vestir nuevamente mi traje de toreo. Así que lo mandé arreglar y lo deje listo no sólo para la fiesta de disfraces, sino también para eventualmente usarlo en mi regreso triunfal a los ruedos.


Mis disfraces de Halloween en 2001 (izq.) y 2009 (der.)


También quiero comentarles de mi reciente viaje a la Ciudad de México. El propósito de mi visita estuvo relacionado con actividades de intercambio académico con diversos grupos de investigación en el Cinvestav Zacatenco. Sin embargo, mi visita coincidió con una mesa redonda organizada por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, cuyo tema fue el juicio de cambio de nombre para personas trans en la Ciudad de México. La mesa redonda principalmente discutió los alcances de las modificaciones al código civil del D.F. realizados el año pasado que dan acceso a personas trans para cambiar su acta de nacimiento en concordancia con su identidad de género. Especialmente se discutieron las posibilidades de extender dicha modificación a otras entidades, dado que ahora el cambio solo es posible para personas cuya acta de nacimiento fue expedida en el D.F.

Me causó grata impresión que hubiera una gran cantidad de personas en el evento, aunque sólo unas pocas representábamos a la comunidad trans. Correspondió a Roshell Terranova representar a la comunidad trans dentro de la mesa de ponentes, y sinceramente me causó una grata impresión por el profesionalismo con el que asume el papel de representante. Al final del evento tuve la oportunidad de conocer a Lesly, quien también es Ingeniera y actualmente esta considerando entrar a algún programa doctoral (espero que mi labor de convencimiento haya sido fructífera). También tuve el gusto de conocer a Diana y Mario, quienes son ampliamente reconocidos por la comunidad como personas entregadas al activismo y a quienes debemos mucho de lo que la comunidad trans a logrado en cuestión de respecto a nuestros derechos fundamentales.

De izq. a der.: Mario, Dania, Diana y Lesly.


Ahora Noviembre pinta para ser un mes movido, por lo que no creo tener mucho tiempo para actualizar este blog. Pero prometo aunque sea escribir breves actualizaciones para que no pierdan el hilo de mis aventuras.