Conciertos, Stephen Hawking y otras banalidades

En la entrada anterior de este blog había prometido una cobertura de mi experiencia en el segundo concierto de Depeche Mode en la Ciudad de México. Sin embargo, con la noticia de la muerte de Stephen Hawking, el tema me pareció absolutamente banal. Ya se ha hablado mucho de la gran pérdida que su muerte representa para nuestra humanidad, pues en él se cifraba una permanente búsqueda por respuestas a cosas elementales que explicarían nuestra propia existencia. Sin embargo, el Prof. Hawking nunca fue una mente ajena a la sociedad, a la popularidad o, incluso, a la banalidad.

Y es que, tanto en la ciencia como en otras cosas denominadas como «banales» encontramos felicidad. El Prof. Hawking se caracterizaba por su enorme sentido del humor y su profundo deseo por experimentar cosas más allá de lo que sus propias limitaciones le permitían. Jamás se plantó en una zona de confort y se permitió ser famoso, excéntrico y popular. Se convirtió en algo más que un gran científico: en una celebridad. Más aún, aprovechó su estatus célebre para inspirar a otros.

Así, regreso al tema de los conciertos, sólo para recordar la colaboración que el Prof. Hawking tuvo con U2 durante su gira «Innocence & Experience» con el mensaje «Global Citizen», en el cual Stephen Hawking hace un llamado a la tolerancia y el respeto:


«When we see the Earth from space, we see ourselves as a whole.
We see the unity, but not the divisions.
One planet, one human race.
We are not the same, but we are one.
We are here together and we need to live together with tolerance and respect.
Our only boundaries are the way we see ourselves. The only borders: the way we see each other.
We must become global citizens.
Our voices are important.
We give our elected officials their power, but we can take it away. Be involved!
We are all time travelers, traveling together into the future.
But let us make that future a place we want to visit.
Be brave. Be determined. Overcome the odds. It can be done!«

Me tomé la libertad de resaltar partes del mensaje del Prof. Hawking en las cuales siento nos pide hagamos un compromiso. Él podrá haberse ido, pero el compromiso allí nos queda.

Por segunda vez en mi vida salgo de un concierto para enterarme de una muerte que nos ha conmocionado. La primera fue el 23 de marzo de 1994 cuando, tras salir del concierto de Scorpions en el Palacio de los Deportes, llegué a casa para enterarme del asesinato de Luis Donaldo Colosio. Ahora, la nota del concierto de Depeche Mode será que, tras haber presenciado un gran concierto, llegué a mi hotel para enterarme de la partida de Stephen Hawking.