Consumo ético de alumnos de posgrado y posdocs

En la víspera de la graduación de mi noveno doctor en ciencias el día de mañana y ante la incertidumbre existente con las becas de posgrado en México y en general del mercado laboral de los graduados, quisiera expresar mi punto de vista respecto a ello en el contexto de la pregunta que se lanza en el video que adjunto abajo: ¿Existe un consumo ético de alumnos de posgrado y posdocs en la academia dentro del modelo capitalista?, entendiendo por «consumo» como el hecho de que la labor de investigación en la academia es dependiente de la fuerza laboral de alumnas, alumnos y posdocs, y entonces los profesores utilizamos o «consumimos» esa fuerza laboral en nuestro beneficio profesional.

Históricamente ha existido una tradición en la academia a través de la cual la posición del estudiante de posgrado es la de sumisión y precariedad. En México, aquellos que recibimos beca de posgrado asumimos nuestra postura de «precarios» (en vez de «becarios») a sabiendas que la beca apenas nos habría de dar para subsistir. Este modelo de precariedad se extendió a los posdocs cuando empezaron a surgir becas para ello en México hace casi 20 años (de hecho, yo fui la primera becaria posdoctoral que tuvo el IIMAS-UNAM en 2005). Desde ese entonces, el monto de la beca ofrecida no ha aumentado significativamente.

Así, hoy que la incertidumbre es lo que abunda en la academia, es muy importante que quienes tenemos la responsabilidad de la formación de alumnas y alumnos de posgrado y quienes en algún momento hemos tenido a un posdoc seamos honestos con ellas y ellos respecto a lo que en el futuro les espera. Más aún, durante el proceso de formación de las y los estudiantes, debemos abandonar prácticas poco éticas que tienden a esclavizarlos bajo el argumento de cumplir un «compromiso de tiempo completo» y dando a cambio de su beca un esfuerzo que muchas veces sólo queda en «horas nalga». Precisamente mi alumno que ha de graduarse mañana fue victima de acoso de gente envidiosa que hizo infinidad de chismes a manera de golpear la reputación de mi laboratorio diciendo que mis alumnos no trabajan, sólo porque en mi laboratorio funcionamos con un modelo mucho más ético, eficiente y razonado que el de hacer muchos experimentos sin ton ni son.

Así, respondiendo a la joven científica del video, creo que el modelo capitalista sin duda es injusto y con la tendencia a agrandar las diferencias entre clases. Sin embargo, es lo mejor que tenemos. Creo firmemente que podemos mejorar el trato y las condiciones de alumnas y alumnos de posgrado y posdocs si al menos les ofrecemos:

– verdaderas oportunidades de desarrollo personal y profesional mediante un entrenamiento que diversifique sus futuras oportunidades de empleo,

– un ambiente libre de violencia en donde puedan desarrollar al máximo sus capacidades,

– evitar venderles falsas promesas que no van acorde con la realidad actual de la academia,

– flexibilidad para tener tiempo de esparcimiento,

– facilidad para tener una vida personal y estar en contacto con familiares y seres queridos,

– libertad para el desarrollo de su personalidad.

Yo estoy convencida que esas son algunas de las practicas éticas que deberían prevalecer entre quienes nos hacemos llamar tutores de posgrado. Lamentablemente eso es lo que menos vemos en la actualidad y el antiguo modelo de la precariedad sigue vigente.