«LaZamacuca» y Dominion

Aparentemente estamos alcanzando el punto de poder recuperar un poco de la «normalidad» perdida por la pandemia, ésto producto de la vacunación. Obvio hablo desde la perpectiva de alguien que pertenece al gremio de profesores y a quienes el gobierno nos otorgó el privilegio de la vacunación (nos guste o no). Sin embargo, esta entrada a mi blog no es para hablar de asuntos de política de la pandemía, sino empezar a hacer retrospectiva de lo que ha sucedido durante ella.

Yo he sido muy afortunada de poder seguir trabajando desde casa y de no contar en mi familia con casos graves de Covid. También he sido inmensamente afortunada de contar gran parte de la pandemia con la compañia de mi novia, quien ha sido un gran apoyo y consuelo en estas épocas difíciles. Una de las actividades que se volvieron regulares en casa fueron los juegos de mesa. Mi novia me volvió en una «jugona» al introducirme a infinidad de juegos de estilo euro. Así fue como creció una ludoteca en casa durante la pandemia con la que pasamos tiempos libres de calidad (aunque no libres de algunos conatos de bronca cuando le ganaba a mi novia). Los juegos que no tenemos en físico los jugamos en línea, y de allí surgió «LaZamacuca» que es el nombre con el que juego en las plataformas y que se ha convertido en mi álter ego.

De todos los juegos que he descubierto, mi favorito es Dominion. Éste es uno de los precursores y posiblemente el juego más popular dentro de la mecánica de construcción de mazos. Para mi, Dominion es un juego sumamente atractivo desde la perpectiva de resolución de problemas al momento (on-the-fly). Y es que, básicamente, Dominion es un juego en el que de entre cientos de cartas que actualmente lo componen, en una partida uno se enfrenta aleatoriamente sólo a diez de ellas (a veces unas cuantas más) con habilidades particulares cada una y con las que uno debe construir una estrategia para ganar puntos y vencer al oponente. Obvio requiere de mucha práctica y memoria para identificar rápidamente las potenciales mecánicas y las combinaciones posibles entre cartas. Eso aún lo estoy aprendiendo y en este juego sin duda la práctica hace al maestro.

Algo muy atractivo de Dominion es su liga, a través de la cual se organizan mini-torneos de seis semanas en línea y con contrincantes muy bien apareados a través de un sistema de ranking (gliko-2) similar al utilizado en los torneos de ajedrez. Los jugadores de la liga están divididos en divisiones dependiendo de su ranking y, al final de cada torneo, hay quienes se promueven a una mejor división, quienes se quedan en la actual, o quienes bajan de división. La división más baja es la J y la más alta la A. Sin embargo, al entrar yo a la liga, los pocos juegos con los que se calculó mi ranking me colocaron en la I. Obvio pagué la novatada y me barrieron, lo que me llevó a división J en donde debí haber empezado y donde estuve por dos torneos hasta que pude por mis propios honores y con más experiencia alcanzar un segundo lugar en mi liga para avanzar a la I.

Ayer concluí mis juegos en la liga I (ahora si con la categoría requerida para competir de tú a tú) y puedo reportar que, a falta de un par de juegos, ya nadie me quita el tercer lugar. Con eso, aseguro mantenerme en esa división. Independientemente de la competencia, los juegos son bastante divertidos y muchos de ellos son bastante dramáticos, por lo que se vuelven en un excelente pasatiempo. Si bien espero seguir avanzando de categoría, es muy interesante interactuar con otras personas a través del juego y confrontar (muchas veces aprender) estrategias.

Ranking Gliko-2 de mi división al día de hoy.

Ojalá ya pronto tengamos más gente vacunada y podamos empezar a interactuar más. En ese momento estaré muy contenta de jugar en casa Dominion u otros de los juegos de la ludoteca en físico con familiares y amigos. Obvio me encantará iniciar nuevos «jugones», especialmente nuevos contrincantes de Dominion. Aún así, para los que estén interesados, con gusto puedo enseñar y echarme unas partidas con quien guste aprender en línea… sólo busquen a LaZamacuca 😉