Hace un par de meses caí en una depresión pues no estaba segura del rumbo que quería para mi vida. Dicha depresión se reflejo en mi autoestima… simplemente no había manera en que me gustara mi imagen. Me sentía fea y gorda. Definitivamente algo tenía que hacer…
Esto me llevo a dos situaciones que en el transcurso de dos meses me han llevado a un nuevo estado lleno de optimismo. Primero, decidí retomar mi terapia psicológica para trabajar más de fondo con mi identidad; y segundo, me puse a dieta.
En ambas cosas he logrado grandes avances. Sin embargo, como no puedo dar constancia de que estoy más cuerda, aquí los dejo con una foto que muestra la diferencia que hicieron en mi perder 14 kilos:
Ahora me siento más segura de mi misma y con más ánimos de afrontar los retos que vienen a mi vida seguramente pronto.