No hay mejor premio a haber bajado 15 kilos que un día de compras. Y es que, habiendo bajado ese peso, tuve que dar de baja casi todo mi guardarropa. Es por ello que no podia dejar pasa un día más sin ir de compras y poder recuperar algunas prendas.
Definitivamente ahora me siento más a gusto con mi figura. Es reconfortante poderme probar ropa y darme cuenta que de una talla 13 ahora soy 9 y hasta talla 7 en algunas prendas. No compre muchas cosas (tres minifaldas y una blusa de satín) pues me estoy reservando para mediados de Octubre que pienso darme una vuelta por McAllen. Pero por ahora, creo que estoy cubierta para la siguientes semanas.
Hay algo que no me tiene a gusto de mi pérdida de peso: se me adelgazaron mucho las piernas. Pero bueno, ahora tengo que ejercitarme para recuperar la forma de mi cuerpo, pues ya me quité de encima la grasa, pero ahora necesito un poco de musculo. ¡Este es el precio de la vanidad! A penas logras una meta y ya tienes en la cabeza otra… En fin.