Siete años después

Después de siete años regresé a Boston, y para mi fortuna el motivo de mi viaje esta ocasión fue el mismo que la primera vez: un congreso. Y digo que es una fortuna pues ya no soy la misma persona y en la cabeza de muchos (incluida la mía) estuvo la idea que después de la transición me sería imposible continuar con mi vida profesional.

Afortunadamente la realidad es distinta. Regresé a Boston porque sigo haciendo lo que me gusta. Soy afortunada de que se reconocen mis capacidades sin juzgarme por mi identidad. También soy exigida por mis pares en igualdad, y mi contribución científica está sujeta a la misma evaluación que la del resto de mis colegas que estuvieron en Boston para el congreso. Me parece que eso es lo justo.

Lo triste es que el mio sea un caso de excepción y que la gran mayoría de las personas transgénero sean sujetas a prejuicio y discriminación, pasándose por alto el reconocimiento de sus capacidades y negándoseles la oportunidad de desarrollarse plenamente en sociedad. Ojalá esto cambie, especialmente ahora cuando nuestra sociedad más necesita de gente valiosa que aporte. Ojalá nos podamos dejar de tonterías y pongamos más atención en el potencial de las personas y no tanto en su apariencia, sus preferencias o sus creencias.


Atención: Foro de Seguridad Ciudadana, Cohesión Social y No discriminación, organizado por EGAP Gobierno y Política Pública del Tecnológico de Monterrey, 19 y 20 de Septiembre. Estaré participando como ponente el día 20 en la mesa de discusión «Experiencias ciudadanas: programas y prácticas ciudadanas para prevenir y eliminar la violencia social y la discriminación». Mayor información próximamente.