La experiencia académica en el extranjero: breve reflexión desde Polonia

Ayer reflexionaba junto con mi alumno Mauricio (que me está haciendo compañia en la estancia académica en Polonia) sobre la importancia de salir al extranjero a hacer investigación. Y no es por algún sentido malinchista en el que todo lo extranjero sea mejor, sino porque estas visitas son experiencias enriquecedoras a nivel personal. Dicho crecimiento personal sin duda tiene un impacto directo en nuestro quehacer académico pues nos inspira a hacer cosas de manera distinta o simplemente a intentar cosas nuevas. Por ejemplo, el proyecto en el que Mauricio está involucrado actualmente fue resultado de cosas que se me ocurrieron despúes de mi primera visita a Polonia en 2012.

¿Se puede hacer ciencia sin tener experiencia en el extranjero? Por supuesto que si. Sin embargo, las posibilidades de hacer cosas novedosas y de impacto internacional aumentan considerablemente cuando el investigador ha trabajado fuera de su zona de comodidad y se obliga a si mismo a hacer cosas que en su ambiente nativo seguramente no haría. Ese es precisamente el objetivo de las estancias sabáticas como en la que me he embarcado: no vacacionar, sino trabajar como no lo haría en México.

Así pues, habiendo pasado 15 días de haber llegado, el panorama pinta bastante prometedor: definitivamente me he obligado a meterme de lleno a la programación, a la implementación de experimentos, y a trabajar en un ambiente definitivamente menos cómodo en comparación a mi amplia oficina en México, pero con la ventaja de poder interactuar con otras mentesde ideas afines pero metodologías distintas a las mias. Creo que esta breve estancia de poco más de dos meses será bastante productiva.