Visibilidad y empoderamiento: indispensables para la comunidad trans

Recientemente se llevó a cabo, en la ahora renombrada Ciudad de México, una exposición fotográfica que tuvo a bien mostrar hombres y mujeres trans no sólo como íconos de cultura sino también como personas productivas en la sociedad. Precisamente la motivación de dicha exposición fue lograr la conjunción entre la visibilidad y el empoderamiento de las personas de la comunidad travesti, transexual y transgenero (por comodidad me refiero a ellas y a ellos como comunidad «trans»). Ahora bien, debemos tener claro que visibilidad no implica empoderamiento, pero creo indispensable lo primero para lograr lo segundo. 

Y es que la visibilidad, más que empoderar, de manera efectiva aumenta la posición de riesgo de los miembros de la comunidad trans: nos pone en la mira del machismo, la misogínia y la transfobia; nos exhibe y hace que apunten los reflectores sobre nosotras y nosotros, obligándonos a convertirnos (a veces de la noche a la mañana) en modelos inspiracionales y de conducta; incluso, a muchos nos convierte en chivo expiatorio y causante del oprobio de nuestras familias. Ser visible como persona trans no es una tarea fácil: se requiere valentía y convicción. Pero, aún teniendo las dos virtudes antes mencionadas, eso no nos empodera automáticamente.

El empoderamiento es un proceso colectivo, algo así como el efecto dominó. Por ejemplo, yo soy el resultado del trabajo de inspiración que encabezaron personas como Lynn Conway o Deirdre McCloskey, a lo que se agregó un proceso de trabajo personal guiado por mis terapeutas. Obviamente, el hecho de que haya encontrado inspiración en gente de la academia no es coincidencia: tuvo que ver con mi aspiración. Entonces, para poder empoderar de manera efectiva a la comunidad trans, debemos trabajar arduamente en mejorar sus aspiraciones y mejorar las redes de apoyo.

Yo me niego a aceptar una sociedad en donde las muñequitas del clima son figuras aspiracionales, especialmente cuando volteo a mi laboratorio y lo encuentro lleno de ingenieras exitosas deseando hacer una carrera en ciencia. Estoy convencida que debemos seguir trabajando en romper las redes de prejuicio y hacer ver el potencial desperdiciado que existe dentro de la comunidad trans. Por ello, hay que educar a todo mundo: a la comunidad en general para que logren valorar a las personas por sus capacidades, y a la comunidad trans en particular para ayudarles a aspirar a más y darles el valor suficiente para luchar por esas aspiraciones.

Creo entonces necesario seguir trabajando en acciones que visibilicen y empoderen a la comunidad trans. Por ello, es indispensable contar con más figuras aspiracionales dentro de nuestra comunidad, y realizar muchas más acciones para abatir los prejuicios arraigados en nuestra sociedad. Estoy convencida que no hemos hecho un buen trabajo en ninguno de estos aspectos pues la visibilización de la comunidad trans a últimas fechas ha tendido más a la generación de figuras de glamour, volviéndonos parte de la solución e igual parte del problema. Es tiempo de diversificar nuestras acciones pues, al final de cuentas, nuestra lucha es por la diversidad.